Había una vez una bonita mariposa que estaba enferma y no podía casi volar, estaba posada en medio del camino y no se movía, una niña que pasaba por allí la vio y decidió ponerla en una orilla del camino para que no la pisara nadie sin querer. La niña puso su dedo para que la mariposa se subiera y lo hizo. La niña se dirigió a la orilla del camino y la mariposa voló y se posó en la hierba que había en la orilla, allí se quedó y la niña siguió andando tranquilamente.
FIN
Todos los niños, ya no digo todas las personas porque sería imposible, debieran actuar igual que la niña del post. Pero ten por seguro que hay pequeños que a la mariposa le hubieran dado un pisotón. Pequeños sin respeto por la vida ajena, sin educación, futuros hijos de puta.
ResponderEliminarCierto, gracias por tu comentario.
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