El viernes fui al teatro a ver a
Luis Piedrahita con su monólogo,
Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas.
El teatro estaba lleno de gente, aunque yo llegué puntual tuve que sentarme casi atrás de todo,
el monólogo estuvo genial, muchas risas desde el principio hasta el final, yo he llegado a llorar de risa varias veces, es que Luis Piedrahita es muy gracioso.
Si quieres pasar una hora divertida, recomiendo que vayas a verlo.